Neymar vuelve a Lima como goleador de las eliminatorias.
Neymar vuelve a Lima como goleador de las eliminatorias.

No, que con San Pedro no alcanza. Que los milagros existen y pueden repetirse, pero no ante Brasil, ese todopoderoso al que aún no hemos podido bajar del cielo en nuestra nada benévola historia eliminatoria. Neymar y sus apóstoles ante Gallese y diez más. Diez que Reynoso, esperemos, sabrá elegir entre tanta ausencia. Por estos días del aún invierno, la selección es un árbol en otoño que desprende hojas todos los días. Y la última en caer fue

Pero sin ramas, igual el árbol puede sobrevivir. Gallese, Tapia (“ahí, en el área, de 5, de defensa...”) y Guerrero —nuestro otro santo— son raíz, tronco y rama en este árbol que el último jueves no floreció, pero que tampoco pudo ser derribado entre tanto hachazo paraguayo, a partir de una disciplina defensiva que dio frutos, tras la expulsión de Advíncula, ese trébol de cuatro hojas marchitado antes de tiempo.

Viene Brasil y con San Pedro no alcanza. No todos los partidos el balón pega en el palo una, dos, tres y hasta cuatro veces sin terminar en gol, ese gol que nos falta y que les sobra a los pentacampeones mundiales, que, caminando, aunque con cuatro delanteros -pero qué delanteros- (Neymar, Rodrygo, Richarlison y Raphinha; y Gabriel Jesús de yapa en la banca), le hicieron cinco a Bolivia.

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CABEZA FRÍA

El partido de este martes es de esos en los que un empate será para celebrarlo en las calles y servirá para creer. Quienes no creen en ese milagro y pisan tierra son los peruanos, según deja evidenciar una encuesta realizada por Ipsos para Perú21 (ver recuadro).

Y es que apenas el 14% cree que la selección de Reynoso le ganará a la verdeamarilla este 12 en el Estadio Nacional, un 37% cree que el empate es posible, mientras para un 47% de entrevistados Brasil le ganará al equipo de todos.

La muestra —realizada entre el 24 y 25 de agosto, antes del inicio de esta eliminatoria— evidencia, además, que son las mujeres quienes más confían en una victoria blanquirroja ante los brasileños (21% sobre el 11% de los varones). La fe es lo más lindo de la vida para las féminas.

Mientras, Reynoso le da vueltas a su cabeza para definir su nuevo equipo con aquellos que le sobreviven y el sistema a emplear —incluido el peligroso pelotón de cinco atrás que tanto le gusta— para resistir el avance de la artillería brasileña.

Atrás asoma Aldo Corzo, una suerte de leche magnesia, que no gusta, pero que siempre, en sus ya largos y permanentes años con la selección, ha sido un buen remedio de emergencia cuando esa banda anduvo floja e indigesta. Por su lado transitarán Neymar y Renan Lodi, por lo que Andy Polo debería prestar auxilio al crema como en tantas otras historias blanquirrojas. Otro remedio entre tanto dolor es la presencia de Renato Tapia en la zaga central. El futbolista del Celta resultó todo un alivio para calmar en Paraguay el dolor de cabeza de Reynoso, que sabe que es mejor que el capitán del futuro marque, anticipe y quite en esos metros más adelante donde se ubica la volante. Priorizar el cero en nuestro arco es prédica del buen ‘Cabezón’. No será la primera vez que el entrenador nacional tenga que preparar un platillo con pocos ingredientes en la despensa. Pero tiene a Yotún, a Carrillo y sobre todo a Paolo, que si bien perdió picante, esperemos que no pierda su sabor a gol.

Cómo no perder ante Brasil dependerá de cómo le juguemos a Brasil. Y no hay que avergonzarse si hay que aferrarse en el arco y repetir viejas fórmulas que ya celebramos. Que lo importante es sumar. Y que venga Brasil, que de olas más peligrosas hemos sabido salir. Y los pies sobre la tierra, siempre.