Jorge Fossati y las claves de cómo le devolvió la alegría a la Selección Peruana

El equipo de todos parece que volverá a serlo luego del espectáculo visto en el estadio Alejandro Villanueva, donde los de Jorge Fossati debutaron a punta de ritmo, color y sabor.

Tal vez el resultado fue un sobrio 2-0, pero pudo ser mayor. El estreno del uruguayo en el banquillo peruano pudo ser avasallador, pero la redonda, la caprichosa, se conformó con mover tan solo dos veces el marcador.

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Pero no importa. Lo que importa es que se gozó. La gente volvió al estadio en masa, con la esperanza renovada tras la última (y nefasta) “temporada”. Y salió batiendo palmas por las subidas de Andy Polo y los golazos de Joao Grimaldo y Gianluca Lapadula.

Todo fue perfecto desde la entrada al campo, donde la blanquirroja le dio brillo a la noche de Matute desde las gradas y, en tan solo 2 minutos, los extremos de Universitario y de Sporting Cristal “pagaron la entrada” de casi 30 mil almas.

En la celebración, como seguramente ya lo habían practicado, apareció un cajón sobre el que se sentó la ‘Joya’ Grimaldo, evocando sus raíces y las de todos los peruanos que volvieron a fundirse en un abrazo de gol después de tanto.

Apenas 10 minutos después, el extremo derecho volvería a hacer famoso a otro blanquirrojo con un centro preciso para el buen Gianluca Lapadula, quien festejó señalándolo, reconociendo que, en el debut de Jorge Fossati, por muchos momentos fueron “Polo y diez más”.

Y no solo eso. Fueron Andy Polo y 30 mil más cantando, saltando, aplaudiendo y vibrando en el estadio que fue el epicentro de un debut soñado. Perú no se estrenaba ganando desde hace 14 años. Desde los tiempos del ‘Mago’.

Razón tenía el uruguayo en descartar a la Selección de Italia por la de Nicaragua, porque él sabía que la relación con la hinchada estaba más que resquebrajada y que ese sería su primer obstáculo, pues más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Y así lo demostró el septuagenario desde la previa y en el banco, como cuando fue lo suficientemente político como para ceder al unísono que le exigía el ingreso del novel Oliver Sonne. Su experiencia también se lo exigió.

Tras el pitazo final, casi todos quedaron felices, hasta Piero Quispe, que, a pesar de que no tuvo ni un solo minuto ante Nicaragua, seguramente será de la partida en el siguiente amistoso ante el combinado de la República Dominicana.

Como se sabe, este martes, los dirigidos por Jorge Fossati volverán a revestirse con la blanquirroja, pero esta vez lo harán dentro de los límites del Monumental, como una suerte de mini-tour de reconciliación con los blanquiazules y los cremas, las dos más grandes hinchadas.

Políticamente, lo del estratega de 71 años en la Selección Peruana ante Nicaragua y República Dominicana fue (y será) un baño de popularidad que no sumará ningún punto en la tabla, pero que definitivamente sí lo hará en el termómetro de la confianza.

Deportivamente, quedará en el ‘profe’ y, sobre todo, en las autoridades de la FPF encontrar dos rivales mucho más fuertes para los últimos duelos preparatorios antes de la Copa América. Tal vez, ahora sí, lo mejor podría ser medirse contra alguna selección europea.

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