Víctor Torres juró al cargo al 21 de noviembre del año pasado. (Foto: Ministerio del Interior)
Víctor Torres juró al cargo al 21 de noviembre del año pasado. (Foto: Ministerio del Interior)

La presidenta Dina Boluarte decidió ayer declarar a los medios, un día antes de la interpelación de su cuestionado titular del Interior, Víctor Torres. Y vaya que dejó preocupados a propios y extraños.

“El ministro está haciendo todo su esfuerzo y quizá no sea un pico de oro, pero lo que nosotros necesitamos no es que hable bonito, sino que trabaje bien, y creo que el ministro lo está haciendo bien”, aseveró al ser interrogada sobre el tema.

A ver. ¿Que lo está haciendo bien, dice? ¿Es que en Palacio se vive en una realidad paralela? ¿Acaso las noticias no traspasan los límites de la Plaza Mayor o las lunas polarizadas de los vehículos en que se moviliza, protegida por una nutrida escolta policial? ¿No se enteran en el gabinete de los atroces asesinatos diarios con que se ceba el sicariato… o de los asaltos en manada que se siguen sucediendo en Lima y en regiones?

El blindaje de la mandataria a un funcionario de evidente incompetencia, y que continúa sin dar la talla para el cargo, no será bien percibido por la ciudadanía, que es la que sufre cotidianamente las consecuencias de la inseguridad. Y, por cierto, tampoco parece probable que semejante espaldarazo vaya a tener alguna consecuencia en la decisión parlamentaria de una eventual censura.

En este último aspecto, como dice el exministro del Interior, Carlos Basombrío, razones para censurarlo hay de sobra y existen profesionales más capacitados que él que podrían tener mejores reflejos o recursos para solucionar el tema de la delincuencia en el país.

Sorprende que la presidenta se resista a reconocer el drama que vive buena parte de la población cada vez que se ve obligada a salir de casa. Recordemos que hace menos de dos semanas una encuesta de Ipsos registró que el 63% de los peruanos está convencido de que la seguridad ciudadana ha empeorado significativamente en los últimos doce meses. Y de ellos, el 87% se sentía en peligro cada vez que debía transitar por las calles durante la noche.

En el Ejecutivo parecen tener el pellejo muy duro, pues la urgencia de medidas inmediatas –y sobre todo eficaces– contra la ola criminal, a juzgar por las declaraciones de la presidenta, es un clamor que no les hace mella.

Que el Poder Legislativo, entonces, cumpla con el rol que le corresponde.

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