[Opinión] Sandro Marcone: “Perú: ¿País de innovadores?”

La edición 2023 de CADE Educación se tituló “Innovar para Educar, Educar para Innovar” y planteó como punto de partida la urgencia de innovar para cerrar brechas y lograr una educación de calidad. La encuesta nacional que IPAE le encargó a Ipsos del tema arrojó datos interesantes, destaca que el 62% crea que la educación que se provee en el país sea poco o nada innovadora y que esa percepción se agudice a mayor nivel socioeconómico.

¿Qué significa una educación innovadora? La respuesta no es la misma para todos los actores del sistema educativo. Por ejemplo, en las escuelas y colegios públicos, el Aula de Innovación Pedagógica ha sido el lugar donde se van depositando los dispositivos digitales. Hay suficiente evidencia para afirmar que el uso de tecnología no significa innovar por defecto. De hecho, la mayor parte de las veces, se termina en un uso muy convencional de los dispositivos.

La innovación en la educación no es un fin en sí mismo, sino un medio para potenciar la autonomía, creatividad y pensamiento crítico en los estudiantes. No se trata de hacer cosas nuevas, sino de adaptar las mejores prácticas pedagógicas y de gestión en las instituciones educativas a todo nivel. El principal indicador de resultado de la innovación educativa tiene que ser un aprendizaje mejorado e inclusivo. Para eso se requiere un enfoque sistémico que integre pedagogía, currículo, infraestructura, bienestar y tecnología.

El desafío planteado en CADE Educación de este año debería promover la articulación, en términos de política pública, del Ministerio de la Producción con el de Educación. Por lo menos deberíamos replicar y mejorar la “Encuesta Nacional de Desarrollo Digital Escolar y de Innovación Educativa” que se realiza en Chile.

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