En el mismo momento en el que Dina Boluarte intentaba armar sin éxito la jarana en Palacio de Gobierno junto a Bartola y otros exponentes del criollismo nacional, a quienes reconoció por su trayectoria, en el Congreso hubo fiesta de Halloween. Muchos parlamentarios sorprendieron apareciendo en la cita con el mismo disfraz. Vestidos de tenaces opositores al pedido enviado por Alberto Otárola de un nuevo viaje al extranjero de la mandataria, a la hora del debate no dudaron en cuestionar esta intención de Boluarte de salir por cuarta vez del Perú en menos de tres meses, refregándole lo poco que le sirvieron al país estas subiditas al avión.

Pintaba distinta esta fiesta hasta que a la hora de la votación se sacaron las máscaras. Lo que parecía el castillo de terror para Boluarte terminó celebrándose con guitarra y cajón en Palacio. Con 65 votos a favor, 42 en contra y 5 abstenciones, el Legislativo aprobó que la mandataria agarre sus chivas y se vaya de viaje otra vez. Ahora del 1 al 4 de noviembre a Estados Unidos, donde participará en la Cumbre de Líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), y que incluye una reunión con el presidente Joe Biden.

Minutos antes de esta decisión sonaba otra música en el Congreso. Alejandro Aguinaga calificaba como novicia voladora a Boluarte. El congresista de Fuerza Popular fustigó los viajes de la mandataria y sus ganas de volar. “Prefiere estar en el aire, extraída de los problemas de la sociedad cuando los destinos de la nación están aquí en la tierra”, indicó el legislador que al final aprobó el cuarto viaje de la presidenta.

A su estreno en el Pleno, Fernando Rospigliosi fue vestido de gallito. El flamante parlamentario del fujimorismo le dio duro a la mandataria indicando que esta ha frivolizado sus viajes. “Acaba de realizar un viaje de paseo a Europa donde fue a tomarse una foto con el papa que encima le puso mala cara. No ha hecho nada más que conocer el mundo y realizar algunas compras”, resumió así su primera intervención en un debate. Pese a la andanada de golpes adelantó que igual votaría a favor de que la mandataria se embarque a los EE.UU., porque es importante mantener las relaciones con ese país.

Incluso votos de la izquierda –donde algunos de sus representantes criticaron que la jefa de Estado se vaya sin importarle la recesión económica y la ola criminal que vive el país y que de tanto viajar vive ya en una nube— sirvieron para sumar los 65 votos que han decidido que Boluarte vuelva a salir del Perú.

CARIÑO BONITO

Ya había declarado Patrimonio Cultural de la Nación a las obras musicales de varios artistas criollos, cuando Boluarte, enterada de la buena nueva, agradeció desde Palacio —con alma, corazón y vida— a “los congresistas demócratas que piensan en el bienestar del país”. Y como no hay primera sin segunda, remató así: “cada vez que uno sale afuera uno no se va de paseo”.

Dina se va mañana a Estados Unidos. Ya estuvo allí hace un par de meses cuando asistió a la Asamblea de la ONU. Y se fue a Brasil antes de su periplo europeo y su foto con Francisco, mientras los peruanos en Israel reclamaban que los rescaten de la guerra en ese avión al que volverá a subirse. A esa nave exclusiva —suya— donde ha pasado largas horas en las últimas semanas. Y volverá a bajarse de ella el sábado, cuando esté de vuelta aquí, donde se le reclama que el Perú alce vuelo también. Y a disfrazarse de viajera otra vez.